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    • 24 ABR 14
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    Creencias equivocadas

    Creencias equivocadas

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    La información que recibimos procedente tanto del entorno como de nuestro interior a través de los sentidos, es procesada por nuestros sistemas de creencias básicas que se forman desde nuestra niñez, con las experiencias y aprendizajes que adquirimos a lo largo de la vida.

    Una misma realidad objetiva es percibida de forma diferente por distintas personas, porque tienen distintas interpretaciones durante el proceso cognitivo. Cuando el procesamiento de la información es erróneo, acarrea consecuencias negativas en los distintos ámbitos de nuestra vida: personal, profesional, familiar, etc. Entonces al interpretar equivocadamente la realidad o los propios pensamientos, las percepciones y evaluaciones realizadas de los hechos externos influyen en las respuestas emocionales y en las consecuencias de la conducta, condicionando las experiencias de la vida.

    Estos errores en el procesamiento de la información que todos los seres humanos alguna vez tenemos acerca de nosotros mismo, del mundo y del futuro están relacionados “con creencias desadaptativas” y “esquemas equivocados de interpretación” que no se ajustan a la realidad y causan el sufrimiento emocional. Y aunque no son un trastorno mental, sí que pueden en determinados casos formar parte del eje central de ciertos trastornos incluso los de personalidad manteniéndose éstos sobre dichas corrientes erróneas de pensamiento.

    Estas son algunos ejemplos de distorsiones cognitivas aportadas por prestigiosos psicólogos como Albert Ellis, Dr. Aaron Beck o Karen Horney.

    CATASTROFISMO. Sin razones reales, se suele imaginar o pensar habitualmente que casi siempre ocurrirá lo peor en cualquier circunstancia. Por ejemplo: “un dolor abdominal” significa que se tiene un cáncer en el estómago. Este tipo de pensamiento suele comenzar por “Y si…” y es un factor precipitante de trastornos de ansiedad, relacionándose con la baja tolerancia a la frustración.

    LA NEGACIÓN. Tendencia a negar los propios problemas o debilidades, predominando pensamientos como “no me importa”, “paso de todo”, “es que me da igual”. Suele ser un mecanismo de defensa psicológico que tiene origen en una inadaptación.

    PERSONALIZACIÓN. Se creer que todo lo que piensa o hacen los demás se relaciona con uno mismo. (para bien o para mal). Se conoce como falsa atribución y suele generar conflictos interpersonales, ansiedad y sentimientos de culpa.

    LEER EL PENSAMIENTO. Se llama así a esta distorsión porque la persona cree con firmeza que sabe lo que piensan los demás y también porqué actúan de esa forma. Ejemplos: “No soy como usted está pensando”, “Por su sonrisa, sé lo que va a decir”.

    PENSAMIENTO POLARIZADO. Interpretación de todo lo que percibe en términos absolutos, extremistas y opuestos. Es blanco o es negro, no hay grados intermedios en ninguna situación. Ejemplo: “Nunca es sincero”.

    SOBREGENERALIZACIÓN. Tendencia a creer que si algo ha ocurrido una vez, volverá a suceder otras muchas. Acompaña a estas distorsiones palabras como. “Nunca”, “Todos”, “Siempre”, “Jamás”. Ejemplo: “Todos los jóvenes beben demasiado alcohol”.

    ATENCIÓN SELECTIVA. Focalizar la atención exclusivamente en ciertos aspectos a menudo negativos y perturbadores relacionados sobre cualquier situación o contenido. Se conoce como efecto tubo, porque solo ven la realidad de forma parcial. Utilizan palabras como: “No soporto que…”, “Es inaguantable…”

    ETIQUETADO. Tendencia a extraer uno o dos rasgos o características de la persona, normalmente en términos absolutos y con fuertes connotaciones prejuiciosas. Algunos ejemplos: “Es una aguafiestas”, “Es mala persona”, “Es un tacaño”.

    PERFECCIONISMO. Se busca el perfeccionismo en todas las cosas de la vida, exigiéndolo también a los demás. Como normalmente no se alcanza, es causa de varios trastornos psicológicos. Ejemplo: “Debería ser más…”

    CULPABILIZAR. Culpar a los demás de todo lo sucede. También puede ocurrir que una persona se culpe de todo lo que hacen los demás (complejo de mártir). Ejemplo: “Por su culpa”, “Es culpa mía…” Esto se conoce también como atribuciones causales externas muy relacionadas con casos de sobreprotección y trastornos del estado de ánimo.

    SESGO CONFIRMATORIO. Sesgo de la percepción o valoración de las cosas de acuerdo con las propias ideas preconcebidas, de forma que encajen. Ejemplo: Es un mal conductor, ¿te acuerdas del pequeño accidente hace años?

    FALACIA DE RECOMPENSA DIVINA. Se espera que los problemas cambien por si solos, siendo recompensado como por intervención divina. No se activa una actitud para solucionarlos. Ejemplo: “No te preocupes, ya me ofrecerán algún trabajo”

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