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  • El liderazgo, al igual que el carisma no es innato. Se trata de una habilidad que todos podemos aprender. El carisma es una cualidad que todos llevamos dentro y el mejor modo de cultivarla es ofrecer a los demás lo mejor de uno mismo, aplicando de forma óptima todo nuestro potencial en nuestras vidas, a nivel personal y profesional.

Un buen líder ha de ser diferente, pero nunca distinto. Ha de actuar siempre, con el convencimiento mutuo de que la honestidad y la transparencia son buena semilla para una relación duradera, y que no solamente se ha de valorar el esfuerzo personal que uno mismo ha realizado, sino también saber reconocer que este éxito no es posible sin el apoyo y al esfuerzo de la gente que le rodea, familia, amigos, compañeros… construyendo y compartiendo todos juntos un proyecto con el entusiasmo y la capacidad necesaria para poder hacer las cosas todo lo bien que uno puede. Todo esto, unido a la confianza en uno mismo, al gusto y al interés por aprender, el afán de superación, y la constancia en el saber hacer, querer hacer, poder hacer y saber estar, facilitando siempre la estimulación del aprendizaje, harán culminar con éxito cualquier proyecto en el que nos embarquemos y que entre todos sabremos sacar adelante. Hoy en día vivimos en un individualismo cerrado, donde cada uno busca su beneficio sin darse cuenta de que la cooperación es mucho mejor que el conflicto. Un buen liderazgo, una buena percepción de unidad cohesionada y sobre todo un buen apoyo social son conocidos por trabajar como un mitigador de las situaciones estresantes, reduciendo con ello la intensidad de una amenaza percibida y aumentando la percepción de la propia eficacia. El sentimiento de orgullo de pertenencia está por encima de las habilidades comerciales, cualificaciones técnicas, innovación, salarios….siendo el ejemplo, numerosas multinacionales que, estando en el umbral inferior de la remuneración pecuniaria, justifican el sentimiento de pertenencia y orgullo de sus trabajadores por la compensación emocional que añaden: buena comunicación jefe-subordinado, facilitación de las relaciones familiares, buen ambiente de equipo, integridad, flexibilidad, visión compartida……en definitiva construir y disfrutar de un clima agradable de trabajo, generando un equilibrio entre la inspiración, el optimismo y la eficiencia. De este modo y siendo consciente de que las experiencias comunes suelen ser lo distintivo de los grupos, siendo las experiencias compartidas las que facilitan la unión y el trabajo en grupo, si todas las personas de una empresa sienten y perciben que se cuenta con ellas, se aunaran voluntades y la confianza mutua será la arquitectura de un salario emocional positivo cuyo valor es incalculable.

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Mediante la realización de este curso se pretende que cada participante aprenda a identificar, a reconocer y sobre todo a valorar positivamente las múltiples posibilidades que le ofrece una adecuada especialización en Recursos Humanos desde la psicología positiva, a la vez que se ofrece una referencia clara orientando su formación en un horizonte lleno de oportunidades. Desde un principio se hace partícipe al alumno con propuestas, ideas y modelos que queremos que se hagan suyas, que se conviertan en un ideario que pueda ser utilizado día a día sea cual sea su destino.

El buen líder ha de garantizar una óptima cohesión del grupo, generar un espíritu de cuerpo y sobre todo hacer sentirse a sus compañeros y subordinados, orgullosos de poder trabajar en, con y para el grupo cohesión y pertenencia al mismo. La lealtad como valor supremo de la condición humana, significa ausencia de dobleces y sinceridad personal, y ha de nacer del convencimiento, no de la conveniencia. No se trata de confundir nuestro puesto de trabajo con un recreo ni con un lugar de ocio, ni de crear recelos y discordias, sino de crear las condiciones adecuadas de sinceridad, confianza, seguridad, optimismo que facilite la cohesión y el compromiso personal de todo el equipo humano que forma parte de la empresa. Fomentaremos valores como el compañerismo, el esfuerzo por conseguir la tarea encomendada o el trabajo en equipo, sin que nos importe la forma de ser o de pensar de la otra persona haciendo que todos nos veamos más iguales de lo que creemos, contribuyendo con ello a aumentar nuestra felicidad.