La definición de Trastornos psicológicos varia según los distintos criterios que se utilicen, pero de forma generalizada podríamos indicar, que son alteraciones de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, consideradas como anormales con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo.
El DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadistico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatria conceptualiza cada trastorno como un síndrome o un patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., dolor)., a una discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de funcionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad. Además, este síndrome o patrón no debe ser meramente una respuesta culturalmente aceptada a un acontecimiento particular (p. ej., la muerte de un ser querido). Cualquiera que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica. Ni el comportamiento desviado (p. ej., político., religioso o sexual) ni los conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornos mentales, a no ser que la desviación o el conflicto sean síntomas de una disfunción.
La definición del CIE-10 (Clasificación internacional de enfermedades) de trastono mental o psicológico es la presencia de un comportamiento o de un grupo de síntomas identificables en la práctica clínica que en la mayoría de los casos se acompañan de malestar o interfieren en la actividad del individuo. Los dos signos más característicos de los trastornos psicológicos son: Presencia de emociones dolorosas crónicas (ansiedad, depresión, ira…). Presencia de conflictos duraderos en las relaciones sociales, familiares o de pareja.